Presentación del Colectivo Bandera Roja

Hacia la Reconstitución del Partido Comunista en el Estado mexicano

Las fuerzas materiales y espirituales del comunismo se han visto socavadas a un nivel en el que éste, como movimiento y horizonte, es irrelevante de cara a las grandes masas proletarias. El colapso del bloque socialista fue la estocada final de un largo proceso de agotamiento y degeneración por mor de sus limitaciones históricas, proceso que abrió la puerta a la reacción recalcitrante, expresión de la burguesía monopolista internacional, que barrió con los residuos de la otrora ofensiva política del proletariado inaugurada por la Revolución de Octubre. Tras la caída del muro de Berlín, buena parte del Movimiento Comunista Internacional (MCI) huyó y sigue huyendo en desbandada ante la imposibilidad que la falsa militancia demuestra en abarcar política y teóricamente la estruendosa caída del comunismo. En este contexto, la República Popular China terminó de perfilarse como una potencia imperialista en toda regla con costo de sangre de las masas en la plaza de Tiananmén. Ambos procesos de descomposición del proyecto socialista arrastraron consigo a la inanidad a todo un paradigma revolucionario que caracterizó a la lucha del proletariado durante el siglo XX. La derrota histórica del comunismo presenta el comienzo de un interregno que se prolonga hasta nuestros días.

Dado el momento de derrota y repliegue del MCI, campa a sus anchas el liquidacionismo (derrotismo y superchería del marxismo de la crítica crítica que sentencia sin mediación alguna la liquidación del Movimiento Comunista), el oportunismo y folklore sovietista y pro-chino que se demuestran autorreferenciales, políticamente inoperantes, burocráticos y fieles devotos del viejo economicismo socialdemócrata.

Ante el panorama real, seamos marxistas consecuentes y aceptemos que la dialéctica materialista considera que las causas externas constituyen la condición del cambio, y las causas internas, su base, y que aquéllas actúan a través de estas[1]; siendo que las condiciones externas actúan a través de las internas, es obligación de la militancia comunista comprender los fundamentos materiales e ideológico-políticos que significaron todo un paradigma revolucionario y, sintetizados como concepto (Ciclo Revolucionario de Octubre), asumamos en completitud la conciencia de las nuevas condiciones bajo las que habrá de iniciar una nueva fase de lucha comunista.

El estado de objetiva derrota del MCI no por ser asumido se debe sentenciar como definitivo, sino como necesaria crisis que presenta la posibilidad de dotar, de nuevo, de contenido revolucionario el cuerpo ideológico-político del comunismo, en este sentido es indispensable el enfrentamiento contra las expresiones del fracaso de nuestra Revolución. Ésta tarea es la Reconstitución ideológico-política del comunismo porque para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que haya de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual[2]. Precisamente el estado de cosas actual requiere de reconstituir al MCI sobre renovadas bases ideológico-políticas, como expresión del desenvolvimiento de las contradicciones en el seno de la materia social en el plano de la conciencia colectiva de la militancia marxista-leninista, para afrontar las presentes y futuras tareas de fundación de un nuevo Ciclo Revolucionario mediante la definición de la Línea Política Revolucionaria: al momento, la Línea de Reconstitución.

Son tales los alcances de la labor de la Línea de Reconstitución (LdR) hasta el momento, que han suscitado tanto interés y adhesión como rechazo en el entorno del Movimiento Comunista en el Estado español y, pese a las opiniones y posturas que el espectro de la política proletaria manifieste a su respecto, es innegable que la LdR se ha situado en una posición de seria importancia al grado que el interés por sus postulados se manifiesta más allá de los límites del Estado español. Quienes emitimos este documento, mediante estudio y análisis concreto consideramos —en la medida de la concepción materialista y dialéctica de la realidad— que la LdR tiene alcances universales, pues asume la tarea de remontar el la militancia comunista desde las experiencias mundiales de la lucha proletaria. Es posible y necesario suscribir la LdR pues es innegable  que en todo particular reside lo universal, una existencia genérica: para el caso, la formación social capitalista, que en su desarrollo y expansión subsume toda expresión particular bajo la lógica universalizada de la mercancía. Con ello se revela la contradicción última: producción social contra propiedad privada; proletariado contra burguesía, abriendo la posibilidad del comunismo.

Ante esto es hora de que, una vez más, las y los comunistas expongan abiertamente ante el conjunto de la militancia su enfoque, sus objetivos y sus tendencias. El Colectivo Bandera Roja, como suma de voluntades, ha llegado a la conclusión de que existe la necesidad de conformar un colectivo que pugne por la Reconstitución del Partido Comunista en el Estado mexicano, es el único camino en la reactivación del comunismo como fuerza histórica. La conclusión que aportamos al Movimiento Comunista en el Estado mexicano no es azarosa, es el producto de haber realizado ejercicio de crítica y autocrítica respecto a nuestra propia militancia en el pasado, habiendo puesto en tela de juicio la estrechez y deriva ideológica, y enfrentado la frustración de la inopia política de las organizaciones comunistas actualmente existentes, en cualesquiera sus formas.

Suscribimos como universales las Tesis de Reconstitución del Partido Comunista, “Nueva Orientación en el camino de la Reconstitución del Partido Comunista I y Nueva Orientación… II. Esto debe considerarse como un llamado al combate, al decidido deslinde de campos respecto a las camisas de fuerza que mantienen al marxismo atado y alejado de su potencial revolucionario y a su vez contra el obrerismo y los subproductos del marxismo osificado que, por su parte, niegan su bastarda procedencia: las ideologías de la fragmentación que permean en el conjunto de la vanguardia teórica ante la retirada del marxismo como referente político de emancipación.

Teniendo como base firme el cuerpo teórico-práctico de la LdR, consideramos que podremos llevar a cabo nuestra labor mediante una sucesión de contradicciones a superar, expuestas en “Nueva orientación en el camino de la Reconstitución del Partido Comunista”. Este proceso dialéctico es la mediación necesaria entre la cosmovisión marxista y las masas. Como es sabido, sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario, por lo que el primer paso en el camino al Comunismo es la delimitación de la crítica revolucionaria. Para llevar a cabo esta tarea, el destacamento más consciente del proletariado (vanguardia teórica marxista-leninista) debe escindirse temporalmente del movimiento práctico de la clase (vanguardia práctica) para avivar la contradicción en el campo de la teoría marxista y el seno del Movimiento Comunista, mediante Balance Crítico y Lucha de Líneas.

En este sentido planteamos objetivos de nivel inmediato, mediato y último: como objetivo inmediato, la delimitación de la concepción dialéctico-materialista de la realidad, que implica una fase de formación teórica, para asumir con capacidad nuestras labores como Colectivo por la Reconstitución (Balance Crítico y Lucha de dos Líneas). Como objetivo mediato, alcanzar el nivel organizativo de Comité por la Reconstitución, para así abarcar de manera amplia las tareas que el Balance Crítico del Ciclo de Octubre significa. Como objetivo último, la Reconstitución del Partido Comunista. Es por eso que llamamos a los elementos más conscientes de la clase, al conjunto de la militancia comunista a tomar parte en la Reconstitución ideológica y política del comunismo en el Estado mexicano.




Notas: